El encargo partía del deseo del cliente de tener toda la vivienda en una sola planta. Sin embargo, las dimensiones de la parcela y la necesidad de incluir el garaje llevaron a plantear un sótano, lo que también permitió cimentar sobre un terreno más estable. Posteriormente, surgió la idea de añadir una planta alta diáfana, concebida como un espacio flexible de recreo para los hijos.
Esta evolución en el diseño enriqueció el proyecto, que finalmente se materializa como una vivienda de volúmenes sobrios y líneas limpias, con espacios amplios y funcionales adaptados al estilo de vida familiar.